Lugares que no aparecen en los mapas

«Las manos de Eliott eran imponentes, de palmas anchas y carnosas y dedos largos de huesos grandes. Eran unas manos fuertes, diseÒadas para dar forma a las cosas, para construir y crear, unas manos que habrÌan podido servir para hacer joyas o herrar caballos y que resultaban perfectas para tocar el piano y acariciar a una mujer.»

En el funeral de su amante, Claudia recuerda cÛmo conociÛ a Eliott veinte aÒos atr·s, siendo ella una adolescente. A pesar de la diferencia de edad que los separaba, Claudia y Eliott se vieron arrastrados por una pasiÛn tan intensa como destructiva.

Cuando dos dÈcadas despuÈs se reencuentran por casualidad, Claudia vive una existencia feliz con otro hombre. Pero se pregunta si podr· deshacerse de la huella que le ha dejado el primer amor. ¿Solo se ama de verdad una vez?