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La presente monografía analiza los fundamentos de las propuestas que pretenden hacer del Senado una auténtica cámara de representación territorial, así como las razones existentes para su refutación. Tras subrayar la tensión existente entre el bicameralismo y el principio democrático, el autor aborda los presupuestos de la opción bicameral en España, el carácter asimétrico y desigual de nuestro bicameralismo, que aboca al Senado a la irrelevancia o a la disfuncionalidad, y el fracaso de los intentos de especialización territorial de la cámara a través de la reforma del reglamento parlamentario. El núcleo de la obra se dedica a sistematizar las propuestas de reforma constitucional del Senado formuladas en los últimos años y centradas en cuatro aspectos: la identificación del significado de la denominada representación territorial, la revisión de la composición del Senado, la forma de designación de los senadores y las funciones de alcance territorial que cabría atribuirle y sobre las que la ponencia de estudio constituida en la X Legislatura alcanzó algunos acuerdos.
Desde una perspectiva crítica con estos planteamientos, el autor subraya las inconsistencias que, en la teoría y la práctica comparadas, presenta el mito de las cámaras de representación territorial en que dichas propuestas se basan. Y expone las razones por las que, a su juicio, la reforma constitucional del Senado en sentido territorial es innecesaria y, de llevarse a cabo, no logrará lo que pretende: ni la integración de los nacionalismos irredentos, ni la actualización de una representación especial en un órgano que, independientemente de la forma de reclutar a sus miembros, seguirá regido por la dinámica de partidos, no por otra.