Cansados de estar muertos

¿Qué hay después de la muerte? Detrás de la muerte hay una ciudad hecha con calles que pertenecen a distintas ciudades, una ciudad diseñada por la memoria en la que la calle Aribau de Barcelona no concluye en la Plaza de la Universitat, sino en una plaza de Praga, en la que puedes tomar un tranvía que sube hasta el castillo de San Jorge de Lisboa, desde cuyas almenas puedes ver cómo se eleva la Torre del Silencio de Bombay. Eso, al menos, es lo que cree Morgana, una muchacha que acaba de perder a su madre y de conocer a Fausto, quien, veinte años atrás, le escribía a la muerta enfebrecidas cartas de amor que nunca tuvieron respuesta. Tanto Morgana como Fausto están cansados de estar muertos. Ella aprenderá que lo importante no es que ganes o que pierdas, sino que no pierdas las ganas. Él sabe que, tarde o temprano, a la rutina se le cae la "t". Juntos compartirán esperanzas y desconsuelos en una ciudad que se llama Zugzwang, nombre de una posición de ajedrez que siempre conduce a la derrota. Juan Bonilla presenta en esta su segunda novela a unos personajes que, a pesar del cansancio, siguen buscando pretextos para mantenerse en pie, para no rendirse, para defenderse de la muerte, para seguir añadiendo calles a la ciudad que nuestra memoria va diseñando pacientemente y que nos aguarda en algún momento del futuro.