¿Aún no tienes una cuenta? Crea una ahora y accede a tus listas favoritas, tu histórico de cuentas y muchas más cosas...
Pedidos y atención al cliente
TLF: 963 392 051 / FAX: 963 615 480
En papel: En stock, entrega en 24-48h |
|
|
Consultar disponibilidad en tiendas
Consultar disponibilidad en tiendasLos plazos estimados son para pedidos realizados antes de las 14:00h del viernes (salvo error o situaciones especiales: festivos, inventarios,etc).
|
La teoría política y jurídica contemporánea suele justificar el valor de las instituciones políticas y jurídicas con el argumento de que tales instituciones generan resultados convenientes, como justicia, seguridad y prosperidad. Sin embargo, en el imaginario popular, muchas personas parecen valorar las instituciones públicas en sí mismas. La idea de que las instituciones políticas y jurídicas puedan tener un valor intrínseco ha recibido poca atención filosófica. En Por qué el derecho importa, se sostiene que las instituciones jurídicas y los procesos jurídicos son valiosos e importan de por sí, con prescindencia de su valor instrumental.
Harel expone este argumento de diferentes maneras: analizando el valor de los derechos, postulando que el valor de algunos bienes depende de su provisión pública porque son intrínsecamente públicos y demostrando que las directivas constitucionales no son meros instrumentos contingentes para promover la justicia. Finalmente, Harel defiende la revisión judicial o control de constitucionalidad con el argumento de que es la materialización del derecho a ser oído.
En el libro se demuestra que los argumentos instrumentales no logran determinar qué tienen de realmente valioso las instituciones públicas y no logran explicar su atractivo sostenido en el tiempo. Más específicamente, los teóricos del derecho no están atentos a los sentimientos de los políticos, los ciudadanos y los activistas, y no teorizan sobre los intereses públicos teniendo en cuenta dichos sentimientos.