LA TINTA QUE NO MANCHA

La era de los libros electrónicos

 

En 1971 Michael Hart lideró el proyecto Gutenberg, que consistía en digitalizar libros y ofrecerlos gratis. Éste pudo ser el inicio de la lectura a través de una interfaz. En realidad, cualquier cosa que posea memoria y pantalla puede hacer las veces de lector de libros electrónicos: un PC, una PDA, etc, pero fue a finales del siglo XX cuando aparecieron dispositivos diseñados exclusivamente con ese fin.

 

Los orígenes del e-book:  Rocket eBook

 

 

Tras diez años de perfeccionamiento y avances tecnológicos, muchas son las empresas que se han aventurado a sacar su propio lector de libros electrónicos. Lo que comenzó con un tosco Rocket eBook, lanzado por la empresa NovoMedia, con una capacidad de almacenamiento de unas pocas miles de página ha llegado a estilizarse en un Sony Reader extraplano, ligero y de uso sencillo. Pero el proceso probablemente no parará ahí y nacerán nuevos dispositivos que librarán una extraña lucha por la supervivencia.

 

Echemos un vistazo a lo que nos ofrece el mercado en materia de dispositivos. La mayoría cuenta con las siguientes prestaciones:

  • Reducidas dimensiones

  • Ligeros, el más compacto llega a pesar 170 gr.

  • Pantalla de alta resolución y de amplias proporciones

  • Gran autonomía, ya que muchos de ellos consumen energía prácticamente cuando pasas de página

  • Capacidad de almacenar varios miles de títulos

Entre las novedades más recientes se encuentran incluso los que se conectan a internet o los que cuentan con pantalla táctil.

Gracias a la tecnología de la tinta electrónica, la visualización de la pantalla es similar a la de la tinta sobre el papel. La eInk no necesita retroiluminación para ser leída, no daña tanto la vista y permite crear pantallas planas y hasta el punto de poder ser enrolladas como si de un periódico se tratase.

 

Estas son las cartas que juegan los dispositivos de eBook, duros competidores del tradicional libro. Y entre sus más acérrimos enemigos se encuentra Kindle, el prodigio de  Amazon, cuya producción inicial se agotó en la primera semana de vida. La principal ventaja de Kindle es que al estar creado por Amazon dispone de toda una base de datos de libros digitales. Más de 90.000 títulos listos para ser descargados en menos de un minuto. La capacidad de almacenar hasta doscientos títulos convierte el Kindle en poco menos que una modesta librería portátil.

 

El Kindle se mide con los libros de siempre

Este invento supone un antes y un después en el mundo editorial. Asistimos a grandes transformaciones que afectarán a nuestro modo de leer, de consumir cultura, de relacionarnos y que sacudirán fuertemente al mercado. No se sabe si Sony dará el próximo paso o si Apple le adelantará, pero lo que si que está claro es que han acertado con la fórmula mágica y que se tratará por todos lo medios de mejorarla. Esta carrera de fondo mantiene a libreros, editores y distribuidores en vilo. Los gremios relacionados con el libro, que tradicionalmente han sufrido pocos cambios, ven desfilar ante sus atónitos ojos una serie de cambios que pueden suponer una seria amenaza para el papel. ¿Quedará el libro reducido a un objeto de culto? ¿Invertiremos el ritmo y comenzaremos a leer cada vez más, animados por estos artilugios llenos de posibilidades? En breve veremos si se cumplen las profecías y asistimos al nacimiento del sustituto del libro o si, por el contrario, ambos conviven en armonía durante largos años.

 

 

 


Bibliografía