Fue un ilustre jurista que se formó como abogado, una vez culminados sus estudios, trabajando como pasante en el despacho de Manuel Cortina y Arenzana, primero y luego, en el despacho de su tío Díaz Pérez, que dirigirá durante 23 años. En su propio bufete trabajarán como pasantes importantes personajes como Manuel Azaña. Tuvo actividad política llegando a ser diputado y senador en sucesivas ocasiones a finales del siglo XIX y principios del XX. Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, entre 1907 y 1913. Durante buena parte de su vida combinó la abogacía con el periodismo cultural, especialmente la crítica teatral, y la creación y adaptación de obras teatrales. De su actividad como abogado destaca su participación como abogado defensor de José Millán Astray, implicado en la causa del famoso Crimen de la calle Fuencarral, en 1888,y sus famosos Dictámenes, recopilados y publicados por el Colegio de Abogados de Madrid, póstumamente, en 1919.